2017 ¡EN LUNA NUEVA, LUNA LLENA! 2018

Temporada XXVII


Informe para
una Academia
 
de Franz Kafka
con Pablo Guillén
"Kafka...una de las figuras más prominentes
de la literatura del siglo 20."

Pablo Guillén (actor) El monólogo ha sido presentado en: Adriana Barraza Acting Studio, Miami, Florida, 2017 Teatro Memorias y Teatro Avellaneda, Tegucigalpa, Honduras, 2017.

Escrito que navega entre el cuento y el relato. El testimonio de un simio-hombre que nos lleva de la comedia al drama hasta llegar a la farsa y la sátira. KAFKA X KAFKA.

In Spanish only

Viernes, Oct. 27, 2017, 8:00pm
Sábado, Oct. 28, 2017, 8:00pm
Domingo, Oct. 29, 2017, 4:00pm
Viernes, Nov. 3, 2017, 8:00pm
Sábado, Nov. 4, 2017, 8:00pm
Domingo, Nov. 5, 2017, 4:00pm

en la Casa de la Luna

4020 Georgia Avenue, NW, Washington, DC 20011

(Estación de Metro Georgia Ave/Petworth Líneas 'Green' & 'Yellow')

Estacionamiento Gratuito en la Calle

Boletos $25 Regular
$20 Estudiantes & Mayores (60+)

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Críticas de Prensa


EN EL TEATRO... ESTRECHAR LA MANO

por Yoimel González Hernández

Quien se decida a entrar a la pequeña sala de Teatro de la Luna, en la calle Georgia, para asistir Informe para una academia, de seguro recordará sus años de estudiante en los que leyó ese clásico kafkiano en que Gregorio Samsa amanece convertido en un despreciable insecto. Esta historia, titulada La Metamorfosis (1915), fue escrita por el autor checo apenas dos años antes de su Informe para una academia (1917).

Y digo que vendrán a la mente del espectador este, y de seguro otros textos kafkianos, e incluso alguna que otra obra literaria, porque en ambos textos, aunque de forma inversa, se plantea el tema de la esencia del ser humano, de su naturaleza, y del dolor que ser un humano representa en el mundo. De hombre a insecto, de la vida a la muerte, en Metamorfosis. De mono a hombre, de lo salvaje a lo humano, en Informe para una academia. Pero en ambas obras, subyace la reflexión siempre vigente sobre el valor del ser humano, sobre las relaciones sociales y lo desechable de nuestra más auténtica condición y naturaleza. ¿Cuánto vale un ser humano? ¿En qué radica su valor? ¿Qué nos hace ser humanos?

La puesta en escena de Mario Marcel y la actuación de Pablo Guillén nos lanzan todas estas preguntas en apenas una hora de espectáculo. La versión teatral de Maricel Beltrán, a partir del cuento homónimo de Franz Kafka, mantiene la abundancia en la palabra típica del texto original, pero la ancla a la escena a partir de la didascalia inicial. Y la riqueza del espectáculo radicará en la capacidad del actor para huir de la verborrea kafkiana, en jugar a decir, en imitar el verbo humano, y al imitarlo, parodiarlo como la única vía posible para trascender la mera literatura y atrapar la puesta en escena, el teatro en su más vivo ejercicio del aquí y del ahora.

La historia es inverosímil pero intrigante: un hombre presenta una conferencia ante la academia sobre su experiencia de transformación de mono a hombre. En su exposición, cuenta los avatares y sentimientos que lo inundaron durante su metamorfosis.

Pablo Guillén asume con dedicación y entereza esta puesta difícil y riesgosa. Su cuerpo moldeable y preparado encarna la dualidad del personaje, su condición híbrida, de hombre y bestia. Su cuerpo es el espacio para el recuerdo de la vida anterior del personaje, la bestialidad escondida, controlada, maniatada por la cultura, por “la humanidad”, por la presión social. El cuerpo de Pablo se retuerce, imita, coquetea con lo ambivalente y con ello nos hace pensar en nuestros propios cuerpos, en la presión que la sociedad ejerce sobre ellos, en el auto-control para esconder nuestros instintos animales, so pena de transgredir el pacto social.

Los momentos de más intimidad en el espectáculo ocurren precisamente cuando Pablo logra atrapar el dualismo en el que vive su personaje, cuando nos cuenta de su anterior vida como mono, y en plena introspección su cuerpo recupera la bestia que fue, o quizás, que nunca dejó de ser y que apenas está escondida. El diseño de vestuario de Rosita Becker acrecienta la idea de la bestia domesticada, arreglada para la ocasión social, disfrazada para ocultar la vida pasada, las cicatrices de la metamorfosis, el dolor por la pérdida y por la novedad de lo que se ha llegado a ser.

Quizás el único obstáculo del actor Pablo Guillén para alcanzar la exquisitez, es el tropiezo con el enjambre del texto de Kafka, con el que el actor batalla una y otra vez, intentando dominarlo, aunque a veces resulta dominado por la palabra abundante y narrativa del autor. Pero nada de esto es insalvable. El tiempo sobre la escena irá limando estas fricciones hasta pulirlas completamente.

Especial atención merece la puesta en escena de Mario Marcel. El esquema de informe, de palestra en una academia fue explotado con sabiduría por el director. Las preguntas de la voz en off, dirigidas desde el público, refuerzan la idea de la academia, del estrado desde el que el personaje es investigado, cuestionado, sometido al escrutinio más implacable. Mario Marcel, con su vastísima experiencia como director, sabe que en ese acto intensísimo de cuestionar al personaje/actor desde la platea, radica la esencia del hecho teatral. Y la explota en su más alto grado. La voz en off cuestiona al personaje, porque en las preguntas lanzadas al escenario, viajan también las interrogantes de los espectadores, sus ansiedades, frustraciones y curiosidades: “¿Qué fue lo primero que aprendió? ¿De dónde proviene? ¿Cuándo empiezan sus propios recuerdos? ¿Sobrevivió? ¿No quería la libertad? ¿El Progreso?

Ahí está precisamente el acto catártico en este Informe..., en la invitación velada que hace como espectáculo a pensar(nos), a escudriñarnos como especie, y en darnos cuenta, quizás con sorpresa, quizás con dolor, en lo que nos hemos convertido como raza humana. Cuando el personaje dice que lo que primero que aprendió fue a “estrechar la mano”, porque “estrechar la mano testimonia franqueza”, Pablo, Mario y Kafka nos recuerdan de qué se trata el teatro, el arte, y sobre todo, la vida. Es todo una cuestión de cuerpos que se tocan, abrazan, respetan y aceptan. Es una mera cuestión de “estrechar la mano”. Ahí ocurre el acto cotidiano de volvernos humanos, de transgredir los instintos más bajos y construir la humanidad.

Informe para una academia es una especie de pacto del ser humano consigo mismo, y a la misma vez es una burla kafkiana, surrealista e irónica de quiénes somos, pero con más precisión, de quién queremos ser. Si quiere reírse de sí mismo, de lo que nos han enseñado que nos hace ser humanos, pues este es precisamente la opción teatral del momento.

 

 

TICKETS
Regular $25
Estudiantes &
Mayores (60+)
$20