Enrique Jardiel Poncela nació en la Ciudad de Madrid el 15 de Octubre de 1901 y fallece en la misma el 18 de Febrero de 1952. Esta simple y escueta frase sintetiza el paso de un hombre cuya obra espera una verdadera divulgación y sobre todas las cosas un sincero homenaje. Dos líneas (más que conductas) literarias son las que con una gran visión, impulsa no sólo escribiendo sino produciendo también, la primera imagen clara del teatro humorístico español. Y lo importante es la consideración que se debe tener muy en cuenta, cuando se habla de un teatro español no se habla de un idioma o lengua, sino de una sociedad, una conducta y más: Una Cultura.
Una de esas líneas fué La Novela, género que lo muestra siempre pleno de ingenio y en continua labor productiva. La otra línea – dicen, el gran amor de Jardiel – fue el teatro, verdadera pasión, importante medio que le permite un gran desarrollo y cambio de la escena española, muchas veces confundido por los especialistas como un autor absurdo, cuando la realidad marcaba color humorístico. Quince piezas teatrales son las editadas y en circulación, quedando una gran cantidad de escritos, los que se supone eran borradores de futuras piezas, perdiéndose definitivamente algunas obras cortas de su comienzo teatral y otras que por negligencia se perdieron en la espera de su edición. De todas maneras, las piezas que circulan son más que suficientes para analizar y reconocer en este autor a un verdadero precursor. Hoy ponemos a consideración de todos los que deseen compartir este sueño, la primera de sus obras, “Una Noche de Primavera sin Sueño,” excelente comedia que muestra con un pincel fino y rápido, el trazo firme y concreto que define a los tipos y caracteres de la sociedad de clase media alta de la España, que merodea la ciudad capital – Madrid – hasta los años cuarenta. La pieza en sí es escrita en 1927 pero es revitalizada a cada puesta hasta su última exhibición en 1940. La pieza que reemplazaría en afecto y sentir de Jardiel, es escrita y estrenada en 1940 y fué “Eloisa está debajo de un almedro” de gran similitud temática aunque gozando de un crecimiento notorio en la construcción dramática. Cierra su ciclo como autor teatral en 1946 – seis años antes de su muerte – con la obra que le permitió el mayor galardón autoral en el España teatral – el “Premio Nacional de Teatro” – con “El Sexo Débil Ha Hecho Gimnasia”
Los últimos años de su vida no fueron fáciles. Hacía seis años que no escribía teatro, aunque realizó varios intentos que no contaron con el apoyo y quizás con el entusiasmo empresarial que en otros años lo obligaban a una producción sin descanso. Su obra y su vida lo confirman dentro del humorismo. Hombre y autor de una gran ternura, gestaba y cultivaba la amistad tanto con los hombres como con los personajes. Era tímido como buen humorista, detrás de la sonrisa que provocaba se quedaba absolutamente solo. Fue lo suficientemente incomprendido y la dolorosa enfermedad que lo acompaña los dos últimos años de su vida, lo ensombrecieron duramente. Jardiel dejó una frase que su hija Evangelina colocó como epitafio en el mármol que tapa su nicho: “Si queréis los mayores elogios, moríos”
Hoy a 66 años de haber conocido la luz, esta “Noche de Primavera Sin Sueño: nos permite acercarnos a esa sonrisa que siempre propuso Jardiel, la que encontraremos en la última frase, en un pañuelo, quizás en la palabra adiós que realmente nos quiere decir “vuelve,” tal vez – y por qué no – buscando la sonrisa que nosotros debemos proponer – y de verdad – cuando nos aprontamos a gozar la verdadera fiesta del teatro, la del ritual mitológico y mejor, la que debe dibujarse mucho antes de la “hora” del teatro… a la mañana cuando enfrentamos el espejo y nos saludamos como un desconocido. Si este es un homenaje, si usted cree que este autor merece un homenaje, no se comprometa… sonría… es el mejor homenaje que él desea para usted mismo. Sonría. |