En el mes de Marzo de 1992 se dirimía, proponía y descartaba una cantidad – parecía interminable – de piezas de teatro, que formarían parte de lo que hoy es simplemente el final de esta Temporada 92-93. En un momento se pensó en un representante del Teatro Venezolano, cimentado fuertemente en más de veinte años de producción continua y sin duda alguna la revelación en las últimas décadas.
Revisando el material existente nos encontramos con cuatro de los principales animadores autorales de la primera época y entre ellos surgía la presencia de Rodolfo Santana. Su obra más conocida “La Empresa Perdona Un Momento de Locura” le había permitido lograr amplio reconocimiento en varias latitudes, acercándose – a nuestro entender – “El Animador” una producción que involucra un aspecto más amplio y crudamente directo del hombre de hoy, el hombre que comparte sus días con una permanente y desesperante duda. El hombre que acomodará como inventará los valores que le puedan dar seguridad y serenidad, trascendencia y firmeza y por qué no, inmortalidad y poder. Con estos datos que consideramos suficientes, nos pusimos a la tarea de marcar el final de una temporada llena de satisfacciones, sin dudar jamás que esta obra – por su calidad de contenido y construcción – sería el broche de oro.
Y… aquí está.
Obsérvela, entréguese a ella como se entregó muchas veces ante un televisor, vuelva atrás todo y tantas veces sea posible su tiempo existencial, vuelva a sus personajes y siéntase el Héroe. Al fin de todo, usted es “El Animador” |